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¿ANTINATALISMO?

Foto del escritor: Artesis Artesis

El movimiento para la extinción de la especie humana.




Asombrosamente, con mucho impulso y a como de lugar por parte de diferentes organismos y los medios de comunicación, se promueve y avalan ideas que sostengan el concepto de no tener hijos. El nuevo mundo parece ver en los hijos y en la procreación en si misma un enemigo que debe ser erradicado.

Así vemos aparecer movimientos como "Child Free" que insisten en la idea de: “libres de perder la libertad personal, el dinero, el tiempo y la energía que requiere tener hijos”.

Todas éstas ideas y movimientos se basan, en mayor o menor medida, en el "Antinatalismo", y la legalización del aborto a nivel mundial está en sus agendas.



Antinatalismo:


- Dicen oponerse a la procreación por motivos éticos y ecológicos

- Tienen su propio gurú, un filósofo sudafricano que aboga por la extinción de la especie"


Antinatalismo: definición de Wikipedia:


"El Antinatalismo es la posición filosófica, política o demográfica contraria a la reproducción y el nacimiento de nuevos seres humanos. El antinatalismo es lo contrario al natalismo.

El antinatalismo puede tener fundamentos filosóficos, de carácter ético y moral, políticos y demográficos.​ Puede ser defendido a título individual, por asociaciones y por gobiernos y organismos internacionales que desarrollen políticas de población antinatalistas para alcanzar objetivos socioeconómicos y estratégicos que requieren un óptimo de población.


Una pareja 'antinatalista' española, ya esterilizada, cuenta por qué jamás serán padres:

Gemma Orozco tiene 25 años, se gana la vida como técnica informática, vive en Lérida con Marc, su pareja, y desde que era niña siempre ha tenido una cosa clara, muy clara: que no quería traer hijos al mundo. «Considero que tener un hijo es un acto egoísta que responde sólo a los intereses de los progenitores», dice antes de exponer uno de los principales argumentos del antinatalismo, el movimiento que se opone a la reproducción y nacimiento de nuevos seres humanos. «Vivir es sufrir, y quien no existe no sufre. Soy antinatalista desde que tengo uso de razón».


Así que, hace tres meses Gemma se hizo una ligadura de trompas en una clínica privada. «Y estoy encantada», subraya.


Ya hace un par de años, cuando tan sólo tenía 23, estaba tan convencida de que no quería tener descendencia que acudió a la Seguridad Social y pidió que le esterilizaran. «Me dijeron que no, que para poder hacerlo tenía que tener al menos 35 años y dos hijos». Y lo mismo escuchó Marc, su pareja, también antinatalista, cuando fue a la sanidad pública reclamando que le practicaran una vasectomía. Pero como el seguro privado de salud de Gemma sí que cubre la esterilización, en octubre se plantó en la consulta de una ginecóloga y le expuso todos sus motivos para desear ligarse las trompas.


«No sólo le conté mis reparos éticos y morales ante la idea de traer al mundo a una persona sabiendo de antemano que iba a sufrir», cuenta. «También le expliqué mis argumentos ecológicos: el nuestro es un mundo superpoblado en el que sobra gente, en el que la industria ganadera es una de las principales responsables del cambio climático y de la deforestación, no es razonable traer a un nuevo ser humano. Por no hablar de los motivos políticos: vivimos bajo un capitalismo terrible y despiadado y tener un hijo significa darle un nuevo esclavo al sistema, darle más carne de cañón. Y, para concluir, le indiqué mis razones personales, le expliqué que tener un hijo es algo que no entra en mi proyecto de vida. Me entendió y accedió a hacerme la ligadura de trompas. Estoy encantada».


 

Anabel Roselló, portavoz del Instituto de Medicina Sexual de Madrid, confirma que por su clínica privada de Madrid ya han visto pasar a unos cuantos antinatalistas. «Hemos tenido casos de pacientes jóvenes que han decidido esterilizarse porque consideran que ya hay demasiados niños en el mundo y que, en caso de querer tener descendencia, es mejor adoptar que traer nuevos seres humanos», asegura.


Los antinatalistas cuentan incluso con su propio ideólogo y gurú: David Benatar, director del departamento de Filosofía en la Universidad de Ciudad del Cabo en Sudáfrica y autor, entre otros, del libro Better Never to Have Been (Mejor no haber existido nunca). La obra se abre con la siguiente dedicatoria: «A mis padres, a pesar de haberme dado la vida».


VIDEO: ENTREVISTA de la BBC a una Antinatalista



El Antinatalismo también llega a absurdos como ésta noticia desde India:


Un hombre demandó a sus padres por haberlo tenido "sin su consentimiento"


El demandante dice formar parte del movimiento antinatalista en la India, según el cual la gente debería abstenerse de tener hijos por motivos morales.


Un hombre de 27 años de Nueva Delhi, India, quiere llevar a sus padres a los tribunales por traerlo a este mundo sin pedir primero su consentimiento.

Raphael Samuel, el demandante, se describe a sí mismo como parte del movimiento antinatalista, según el cual la gente debería abstenerse de tener hijos por motivos morales.


Aunque Samuel dice que su relación con su familia es buena, sostiene que los padres son "hipócritas" por someter a sus hijos a las dificultades de la vida por su propio placer. "Un buen padre pone al niño por encima de sus deseos y necesidades… pero el niño mismo es un deseo del padre", sostiene Samuel.


El antinatalista ha comparado la procreación con el secuestro y la esclavitud, y promueve sus creencias a través de su página de Facebook, Nihilanand, que tiene centenares de seguidores.


"Quiero decirles a todos los niños indios que no les deben nada a sus padres", afirma Samuel. "Amo a mis padres, y tenemos una gran relación, pero me tuvieron para su alegría y su placer. Mi vida ha sido increíble, pero no veo por qué debería someter otra vida al alboroto de la escuela y la búsqueda de un trabajo, especialmente cuando no pidieron existir".

Otros activistas contra la reproducción argumentan que tener hijos es una carga para los recursos de la Tierra y evitan la procreación por razones ambientales. "¿Debemos continuar trayendo más niños a este mundo y acelerar el proceso de degradación social y ambiental?", preguntó Pratima Naik, otro de los líderes del movimiento antinatalista.


"No queremos imponer nuestras creencias a nadie, pero más gente necesita considerar por qué tener un hijo en el mundo ahora mismo no está bien", agregó. "Somos un grupo de personas que han decidido no reproducirse. ¡Somos indios libres de niños!".


 

A todo ésto, y absolutamente en contra del Antinatalismo, el jurista Jean-Marie Le Méné, presidente de la Fundación Jérôme Lejeune, sostiene:


" hay menos de dos niños por mujer en todos los países occidentales y a veces mucho menos. Recuerdo los debates entre Jérôme Lejeune y miembros de la Academia de Ciencias Morales y Políticas en Francia: había demógrafos, por ejemplo, que advertían que con el aborto tendríamos problemas para "llegar a fin de mes" con la seguridad social y las jubilaciones, porque no habría suficientes aportes, no alcanzaría la población activa. Hoy en Francia se calcula que faltan diez millones de trabajadores activos para financiar todos los regímenes de protección social. Es la población que falta desde hace 40 años. Si Alemania hizo venir inmigrantes no es por filantropía sino porque los necesita para su economía. Tampoco se puede hablar de inmigración en términos morales únicamente. Hay libros escritos sobre el rol económico de la familia. La familia es una entidad económica. Menos niños es también menos economía."

Pueden acceder a la entrevista completa a Jean-Marie Le Méné aquí.


Sin lugar a dudas éstos movimientos y la proliferación de "nuevas formas de hablar y pensar" al respecto de la natalidad parece claramente orquestada, donde también se ocultan las voces disidentes sobre éstos temas.


Vale la pena terminar éste artículo con un video como éste:



 





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