El Dr. Norman L. Geisler da unas breves y contundentes respuestas a los argumentos más comunes a favor del aborto. ArTesis y una serie de artículos de: RESPUESTAS PROVIDA.
El aborto es el asesino número uno de Estados Unidos. Cinco mil personas mueran al año a causa del cigarrillo, y veinte mil por conductores ebrios, pero sólo en los primeros diez años de la legalización del aborto, el país perdió catorce millones de vidas. Todas las guerras de de Estados Unidos han matado un poco menos de 1,5 millones de personas. Sin embargo, en un solo año se mataron esa cantidad de bebés mediante abortos.
"Ya que la gente va a realizar abortos de todas formas, ¿por qué no legalizarlos?"
Respuesta:
¿Deberíamos legalizar la violación y el abuso infantil, ya que la gente lo va a hacer de todas formas? ¿Deberíamos agregar el incesto y la crueldad a la lista legal, dado que la gente persiste en practicarlos? Legalizar un mal no lo convierte en moralmente bueno.
Hay quienes argumentan que las leyes contra el aborto son tan malas como las leyes en contra de la bebida. Sin embargo, el aborto legalizado no entra en la misma categoría que la bebida legalizada.
Ante todo, la bebida legalizada no involucra necesariamente un crimen contra otra persona inocente. Segundo, la bebida legalizada no mata a otro ser humano, como el aborto.
Así que el argumento respecto de la prohibición de la bebida no corresponde para el aborto. Además, la legalización de una actividad no limita necesariamente su abuso. A veces lo promueve.
Esto es lo que ha ocurrido en Estados Unidos. Por una parte, cambiar la ley puede ayudar a cambiar la actitud general hacia una actividad, como han demostrado las leyes que abolieron la esclavitud.
Las leyes mismas no pueden forzar a las personas a ser buenas, pero la aplicación de leyes buenas puede ayudar a contener a las personas para no hacer el mal.
Autor: Dr. Norman L. Geisler El Dr. Norman Geisler es autor y coautor de unos cincuenta libros y cientos de artículos. Él enseñó en la universidad y en nivel de posgrado durante casi cuarenta años. Ha hablado y debatido en los cincuenta estados de USA y en veinticinco países. Él tiene un Ph.D. en filosofía de la universidad de Loyola y ahora se desempeña como Presidente del Seminario Evangélico del Sur, en Charlotte, NC.
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